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lunes, 2 de julio de 2012

Entrenamiento: Cuando no se debe hacer


Perdida de Peso: Si de un día para otro bajas un 2% o más de tu balance hídrico está variando en exceso, lo mas seguro es que no hayas bebido lo suficiente en el último entrenamiento. La deshidratación te 
debilita y reduce tu rendimiento muchísimo. Recupera los fluidos perdidos y al día siguiente entrena suave.

- Pulsaciones elevadas: Tómate las pulsaciones cada día, por la mañana todavía en la cama, nada más despertar. Lleva un diario y cuando superen en 6  a 8 tu media diaria tómate un día de descanso o ejercicio suave.

- Mal sueño: un ritmo de sueño constante, de 7 a 9 horas supone un aumento de hormona de crecimiento esencial para construir tu musculatura. Varias noches seguidas de mal sueño harán que baje tu tiempo de reacción, así como la función inmunitaria, cognitiva y motora, mala combinación para entrenar fuerte.

- Orina oscura: Síntoma claro de deshidratación o de retención  de líquidos. Bebe mucha agua.

- Poca energía: Algo falla así que ten cuidado porque tu fuerza de voluntad puede sobreponerse a los síntomas de la fatiga y podrías caer en sobre-entrenamiento si no escuchas a tu cuerpo.

- Malos entrenamiento: Todos tenemos días de esos en los que el cuerpo no responde como tú quisieras, pero también hay otros en los que pareces volar. Si últimamente todas tus sesiones son malos entrenamientos a pesar de estar entrenando con regularidad, es momento de hacer una pausa.

- La salud: Un simple resfriado, una caries o en ocasiones el ciclo menstrual harán que tu cuerpo necesite recursos extra que no puede destinar a tus entrenamientos, con lo que te costará recuperarte u asimilar las cargas.

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